domingo, 27 de marzo de 2016

[ESTÉTICAS CINEMATOGRÁFICAS] HINDENBURG, EL ÚLTIMO VUELO (2011)

Curiosidad: para algunos sets (las cabinas para los pasajeros) participó un estudiante de la Bauhaus actual, la cual suministró de mobiliario para el rodaje mediante piezas que siguen produciendo. La diferencia entre el diseño de los espacios para la película y los reales fue la adaptación para conseguir una buena imagen que complementase lo que quería transmitirse, es por eso que los espacios originales no se representaron tal cual, por ser tan sencillos y reducidos.
Fuente: aparece en el nombre de archivo (cineol.net)

Diseñadora de los sets: Christiane Krumwiede

Apodado como "el Titanic del cielo", el Hindenburg fue un dirigible insignia de la Alemania Nazi durante los años 30, hasta que al final de su ruta en EEUU, al ir a amarrar, se produjo una explosión dejando tras de sí más de una treintena de muertos y decenas de heridos. Esto puso fin a la Era de los dirigibles, quedando relegados como medio publicitario o de transporte de mercancía, pero ya no de pasajeros.
Las causas del accidente aún se discuten, pero lo que tuvo que ver, sin duda, fue el uso de hidrógeno en lugar de helio -más estable- con motivo del embargo estadounidense a Alemania tras la Iª Guerra Mundial.
Precisamente este hecho aparece en la película, Hindenburg, el último vuelo.

Ni que decir tiene mi predilección por los zeppelines, por lo que si unimos eso a la cuidada estética de la película lo que obtenemos es una búsqueda casi compulsiva y una gran cantidad de imágenes. ¡Encendiendo motores!
A parte del tamaño descomunal del transporte -que era casi tan largo como el Titanic-, lo primero que aparece es la escalerilla de subida abordo. Primera idea de la elegancia de lo que encontramos dentro.
La estructura estaba fabricada en duraluminio (de las aleaciones aluminio-cobre). Los perfiles quedaban vistos, apreciándose en la película la tabiquería con un acabado en grises y el brillante duraluminio.
La cabina quedaba en la panza de los dirigibles, a parte de la zona para pasajeros que se ubicaba encima, dentro del globo. Primera curiosidad: ¿de qué estaba realizado el recubrimiento en los zeppelines? Nada menos que de intestino de vaca, que al mojarse logra estirarse varias veces su tamaño original debido al colágeno. Una vez unidas las pieles, quedan totalmente selladas al secarse.
De estas imágenes de la película destacan los remaches y esa característica estructura tan calada. ¿Por qué? En primer lugar porque fabricarla con todas esas circunferencias la hace más resistente, y en segundo porque la vuelve más ligera.
En Hindenburg, el último vuelo los efectos especiales son fantásticos, tanto es así que viendo los créditos es el departamento más amplio. Y no es de extrañar con el resultado.
En la imagen inferior se aprecian a los lados las células de gas, donde se guardaba. Su funcionamiento era similar al de un globo: inflándose para ascender -siempre era necesario soltar lastre- o desinflándose. Llama la atención el inmenso detalle y las molestias que se han tomado en la película para mostrar el interior de un transporte tan colosal.
 En contraste con esas alturas y el gran tamaño, los pasillos eran pasarelas estrechas.
Pero eso no es todo. Entremos por fin para ver sus interiores, de los que hay que destacar unas cuantas cosas.
En primer lugar, el color va en escala de grises con acentos de color en negro, pardos, amarillo y rojo. El acabado brillante y el acero de los muebles está presente, ampliando visualmente el espacio y aportando ligereza visual.
En cuanto a mobiliario precisamente cabe destacar el diseño de influencia de la Bauhaus (la escuela de diseño que marcó el siglo XX  y que fue cerrada en Alemania por los nazis): acero, funcionalidad y sencillez.
Todos los espacios interiores son elegantes, con contrastes de color muy bien elegidos y con el metal como símbolo de modernidad. En la imagen inferior se aprecia un mural que había en el Hindenburg y donde aparecían los viajes en transporte más importantes en la historia.
Las cabinas de pasajeros poseen su propio lavabo y las camas son literas.
Y para terminar, las últimas curiosidades. Una de ellas es que la película nos recuerda en muchas partes a Titanic tanto porque hay una historia de amor como hilo conductor como por el enfoque del viaje y la importancia del Hindenburg. 
Por otro lado, para hacernos una idea del tamaño de la producción de la película que nos ocupa (del 2011), abajo dejo una foto de parte de los decorados:
Actualmente puede visitarse el Museo del Zeppelin en Alemania, donde se exponen objetos que pertenecieron al Hindenburg (accidentado en 1937), reproducciones y una recreación a tamaño real de la zona de pasajeros:
Estas son algunas fotos de los espacios originales del dirigible:

Fascinante e inspirador. ¿Cuál os ha gustado más?

Fuentes:
Imágenes: todas ellas han sido tomadas de la Red, indicando en el nombre de archivo el lugar donde han sido encontradas y donde han sido empleadas (AlgoMontalvo). Las únicas "propias" son las relativas a la propia película, que han sido capturadas por mi durante su reproducción.
Información
Créditos 
Dirigibles y su tecnología
Museo del Zeppelin
Sets en películas

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